por Rudolf97 » Lun, 21 Abr 2014, 13:01
Capo Menem, 10 años sin inflación.
Hubo un tiempo donde no se confrontaba y en medio de un clima de paz y concordia le manoteaban el 13 % a los jubilados y empleados públicos. Todo era armonía: Norma Pla era una vieja loca y Domingo Cavallo reconocía que sin un sobresueldo de diez mil dólares no llegaba a fin de mes. Argentina tuvo tiempos de paz, donde los ministros de economía le hablaban con el corazón a industriales y banqueros que le respondían con el bolsillo pero, eso sí, con elegancia y buenos modales.
Hubo un país donde no había tensiones y hasta se llegaban a incautar los ahorros de la gente para garantizar la convivencia civilizada y los denominadores comunes de la Nación. Todo era moderación: venían los funcionarios del Fondo Monetario a revisarnos la caja fuerte y se los agasajaba con mesas de un oropel digno del primer mundo, ese primer mundo que tanto nos seducía con esa globalización que nos puso a todos redondos.
Eran tiempos donde a los 5 meses de asumidos, nadie parecía haber votado a los presidentes de turno, cosa de no generar divisiones ni falsas antinomias entre nosotros y así lograr el punto máximo de convivencia: ser todos opositores. Donde a los militares golpistas se los trataba de "Héroes de Malvinas", donde las Madres de Plaza de Mayo tenían la entraba prohibida a la Casa Rosada, donde se nos decía "Estamos mal pero vamos bien".
Fueron épocas donde civilizadamente y sin faltarle el respeto a nadie, Aerolíneas e YPF fueron regaladas.
Qué tiempos aquellos, che...
Tomábamos deuda para saldar una parte de los intereses de la deuda que seguía creciendo pero mejoraba nuestra relación con los organismos financieros internacionales que gracias a hacer bien los deberes al poco tiempo nos prestaban de nuevo. Los docentes montaban la "Carpa Blanca" donde todo era paz y amor y la sociedad los visitaba, solidaria y conmovida. La desocupación crecía pero la gente disfrutaba porque ello garantizaba que se podía viajar menos apretado en el transporte público. Aflojaba el consumo y por eso no había crisis energética como ahora. Con lo que teníamos nos bastaba y hasta nos dábamos el lujo de exportarle gas a los chilenos.
A ver si nos entendemos: estoy hablando de años de concordia. Yo los viví. Yo estuve en todas las marchas desde antes de la reapertura democrática de 1983. Estuve cuando se anunció la "Economía de guerra", cuando hubo que acelerar la entrega del gobierno de Alfonsín a Menem. Yo ví que mientras pasaba todo eso reinaba la hermandad entre los argentinos y no nos disgustábamos con el pariente o el compañero de trabajo. También viví los primeros años de Menem, la muerte de Roig, su reemplazo por Rapanelli y luego lo vi a Herman González en el ministerio de economía y nadie, absolutamente nadie renegaba. Era un país en el que daba gusto vivir, salvo para algunos que se iban al extranjero y que ahora hacen cola para regresar desconociendo, pobrecitos, la realidad crispada que los aguarda ahí mismo, a la salida de Ezeiza.
Brotan los recuerdos: todavía suenan en mis oídos las cándidas palabras de monseñor Quarraccino proponiendo con su característica amabilidad que los homosexuales fueran recluidos en islas pero eso sí con el mejor confort. Mirá si habremos retrocedido que ahora hasta se les permite casarse ante la vista de todo el mundo...
Ese país era mejor, indudablemente. Había plena libertad de prensa y nadie se preguntaba cómo algunas empresas de medios habían llegado a tener tanto crecimiento y mucho menos no había un funcionario al que se le diera por investigar cómo fue que la empresa que fabrica papel de diario fuera propiedad de los dos matutinos más importantes del país. Pero no sólo eso, mirá si habría concordia que ni bien asumió Menem se modificó un artículo de la ley de radiodifusión 22.285 para que Clarín pudiera acceder a la propiedad de Radio Mitre y Canal 13 ¿Lo podés creer? Esa era una Argentina distinta, no me digas, hasta con un gobierno que ayudaba a Clarín...
Reinaba una concordia que jamás era alterada, salvo por algún paro que de vez en cuando le realizaba la CGT a Alfonsín pero que también se desarrollaban en paz aunque la gente de Modart no tenga recuerdos muy gratos.
Eramos una sociedad sin crispación, hay que admitirlo. Si hasta la UCR y el PJ se ponían de acuerdo para sancionar al "Ahorro forzoso" allá por 1988. Eso sí que era consenso...
Los retiros voluntarios posibilitaban que miles de empleados se fueran a la actividad privada, así fue que de un día para otro supimos tener un parripollo, una galletitería, una pañalera y una remisería por cuadra o canchas de paddle por doquier. Nos íbamos para arriba como globo aerostático. Algunos privilegiados, esos "distintos" que nunca faltan, mandaban a la nona a la casa de la hermana en Turdera y en su cuarto, que daba a la calle, instalaban un Drugstore de la hostia, que es como un maxikiosco pero con muñequitos de peluche. Tope de gama, que le dicen.
Qué país...si hasta moría el hijo del presidente en un accidente rarísimo pero a nadie se le pasaba por la cabeza sospechar si había algo raro y después fueron muriendo en accidentes o de muerte natural uno a uno de los testigos de esa tragedia. Ni hablar del suicidio de Alfredo Yabrán, que apenó al país sin generar la más mínima sospecha. Antes había aparecido incinerado un fotógrafo llamado José Luis Cabezas pero a nadie conmovió pues se supuso que se habría dormido y algo generó el incendio del auto. Cuando el destino está marcado, está marcado.
Victor Choque en Río Grande y Teresa Rodríguez, en Cutral Co, casualmente aparecieron muertos en las primeras manifestaciones de gente desconsiderada que tenía el tupé de manifestarse porque decían que la privatización de YPF o el cierre de la empresas instaladas en Tierra del Fuego los dejaban en la calle. Pero ojo que nadie se conmovía, eh, porque eran hechos aislados en una patria donde daba gusto vivir, donde no discutíamos entre nosotros, donde todos tirábamos para adelante, donde no trabajaba el que no quería y por supuesto a nadie se le ocurría legislar para darle algún derecho al personal doméstico.
Qué tiempos aquellos, che. Todo era armónico, si en el campo hasta salían las mujeres a impedir que les remataran los campos ¿Querés algo más delicado que eso, que mujeres manifestando para que la protesta sea más fina?
Hay que volver a esa Argentina lo más rápido posible. No seamos desmemoriados y regresemos a ese tiempo de paz y tolerancia. Terminemos con las falsas divisiones, basta de esta Argen y Tina. Pongamos la mira en las cosas importantes. Demostrémonos que podemos volver a ese tiempo del que nunca debimos habernos ido.